1) Presta atención a la cantidad de tiempo que duerme tu gato. Los gatos enfermos dormirán más. Si tu gato no tiene otras señales de enfermedad, como vómito, diarrea, pérdida de apetito o hinchazón evidente, mantenlo bajo observación. Si los síntomas aumentan, llévalo donde un veterinario.
Si tu gato no muestra otros síntomas, vigílalo durante 24 horas (por supuesto, es adecuado llevarlo donde un veterinario en caso de que estés preocupado). Si continúa con un cansancio excesivo durante más de un día, entonces es momento de llevarlo a una clínica veterinaria.[1]
Si tu gato no muestra otros síntomas, vigílalo durante 24 horas (por supuesto, es adecuado llevarlo donde un veterinario en caso de que estés preocupado). Si continúa con un cansancio excesivo durante más de un día, entonces es momento de llevarlo a una clínica veterinaria.[1]
Un gato con fiebre generalmente duerme mucho, puede negarse a comer y a menudo tiene un pelaje sin brillo que sobresale en ángulos raros. Su nariz y sus orejas pueden estar secas y calientes cuando los tocas con los dedos a una temperatura corporal normal. Si bien tocarle las orejas es una manera inexacta de verificar la temperatura, si las orejas de tu gato se sienten frías, es poco probable que tenga fiebre.
Los gatos machos están propensos a problemas urinarios en donde tienen dificultades para pasar la orina. Las señales incluyen usar la caja de arena con frecuencia y quizás acuclillarse fuera de ella. El gato podría acuclillarse durante varios minutos o seguir levantado y moviéndose a un lugar nuevo para luego acuclillarse nuevamente. Si es posible, verifica si produjo orina (¿la arena está húmeda o seca?) y si lo hizo, busca presencia de sangre.
Si tu gato se rehúsa a comer durante más de 24 horas, haz que lo revise un veterinario para que pueda corregir el problema subyacente antes de que desarrolle complicaciones.
También puedes revisarlo físicamente. Con cuidado y suavidad, sujeta la piel ubicada entre sus omóplatos. Jálala (con suavidad) y luego suéltala. Si la piel no vuelve a su lugar inmediatamente, lo más probable es que esté deshidratado y debas llevarlo al veterinario.
En las etapas tempranas de las enfermedades como la diabetes o el hipertiroidismo, el gato podría parecer bien pero perder peso. Si el gato sigue perdiendo peso, consulta con un médico.
Algunas enfermedades, como el cáncer de estómago o enfermedades cardíacas, hacen que el gato mantenga su peso general pero que pierda condición física. Esto significa que puedes sentir sus costillas y clavícula con más facilidad, pues hay menos grasa corporal, pero su estómago puede parecer redondeado o hinchado. Si tienes dudas, haz que lo revise un veterinario
Los cambios en los hábitos de acicalado también pueden ser un resultado de la artritis. Si tu gato está agarrotado, el acicalado podría ser doloroso. Una vez más, esta es una señal que indica que es necesario ir al veterinario.
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